El populismo (del latín populus "pueblo") es un término político usado para designar corrientes heterogéneas pero caracterizadas por su aversión discursiva o real a las élites económicas e intelectuales, su rechazo de los partidos tradicionales (institucionales e ideológicos), su denuncia de la corrupción política por parte de las clases privilegiadas y su constante apelación al "pueblo" como fuente del poder.
La aparición del populismo como fenómeno social se liga a procesos de rápida modernización o cambio como una postura crítica ante los distintos grados de desarrollo que estos procesos pueden generar en las diversas clases o regiones de un país y en consecuencia una desigualdad en varios ámbitos de la sociedad. El término populismo se ha usado en política con dos acepciones diferentes, una de ellas tiene un significado positivo, pero principalmente se usa aquella con una connotación peyorativa.
En algunos casos se identifica erróneamente el populismo con la demagogia: mientras ésta última está referida al discurso del político buscando influir en las emociones de los votantes, el populismo está referido a la medidas que toma un político, buscando la aceptación de los votantes[1].
El gobierno de Hugo Chávez:
A partir de los movimientos indigenistas de principios de los 90, en el siglo pasado, principalmente en países como Bolivia y Ecuador, poco a poco se fue anidando la cuna de o que sería actualmente la izquierda latinoamericana en el poder. El caso de Evo Morales es un ejemplo de lo que mencionaba anteriormente, así como lo es Rafael Correa.
En la misma corriente política, pero no con la misma prolijidad de las demandas legítimas de los pueblos indígenas de los países del centro andino sudamericano, se encuentra el controvertido líder de este tridente político izquierdista, Hugo Chávez.
Estos tres líderes de algunos países más ricos en recursos y más controvertidos actualmente en materia de política interna, han desarrollado una serie de acciones conjuntas que han desestabilizado de alguna forma, la “tensa paz” que se ha vivido por décadas en nuestro continente.
Sin embargo, las críticas no han sido ajenas a estos líderes. Principalmente los dardos caen fuertemente contra Chávez, quien se ha adueñado del discurso anti imperialista del cono sur, asimilando características bolivarianas que según él, lo convierten en el líder natural de nuestra región para liderar la nueva revolución americana: una sola nación, un continente. Claro, que antes debe resolver sus problemas de política interna, donde la democracia se ha ido perdiendo tanto como su figura mediática va creciendo y las miradas del mundo que no ven con buenos ojos las “salidas” de este ex militar golpista.
Soldado, bolivariano, golpista, héroe, político, presidente, dictador. De todo se le ha dicho a Hugo Chávez, y de todo, siempre hay algo de cierto.
Su característica populista sin duda se encuentra principalmente en sus acciones y en sus palabras. Pues su pensamiento, no convence a nadie. La izquierda sudamericana que pensó encontrar en Chávez al antihéroe americano, sólo ha encontrado discursos y dimes y diretes, y poco del fundamento de ese gran prócer que fue Simón Bolivar.
El discurso ha sido su mayor arma. Primero, al jurar como presidente tras las elecciones de 1998 que lo dieron como ganador, Chávez dice “juro sobre esta moribunda constitución…”. Luego, vendría el llamado al referéndum para la formación de la Asamblea Constituyente. Esta asamblea, formada principalmente por miembros de su coalición política escribió la Constitución de 1999 que fue luego aprobada por el país con el 70% de aprobación[2].
Luego comenzaría su campaña contra “ese demonio que es Bush”, su némesis personal y la personificación de todo el mal estadounidense. Un discurso anti imperialista típico pero muy publicitado. En su programa televisivo “Aló Presidente” Chávez echa mano a toda su retórica para atacar a sus vecinos del norte, y demuestra su sabiduría para manejar la opinión pública a través de los medios de comunicación.
La recriminación hacia los Estados Unidos incluyó desafíos públicos, como su encuentro con algunos líderes de la OPEP, entre ellos el fallecido Saddam Hussein, y constantes muestras fraternidad con los enemigos públicos del país del norte, el ex líder cubano Fidel Castro y el presidente de Irán Mahmud Ahmadineyad.
Para finalizar, cabe destacar que Chávez llegó al poder aclarando que su ideología es la bolivariana, sin mencionar si ésta era de derecha, centro o izquierda política. Su postura ha ido evolucionado con el transcurrir de su gobierno. En años recientes ha mantenido una crítica constante al neoliberalismo y aunque en el pasado dijo que ni él ni su gobierno son comunista. En 2005, al asistir a una cumbre en Francia, mencionó que la derecha es antinatural porque está en contra de los cambios que, según Chávez, son inherentes al ser humano. También atribuyó a la derecha política considerar que la pobreza y las desigualdades sociales, son inevitables y son algo normal, para citar sólo algunas de las expresiones que utiliza el mandatario en sus intervenciones públicas.
El gobierno de Alberto Fujimori:
Alberto Fujimori fue Presidente de Perú entre el 28 de julio de 1990 y el 21 de noviembre de 2000. Se le acredita haber logrado recuperar la estabilidad macroeconómica del país y haber combatido -mediante métodos no necesariamente adecuados- la amenaza terrorista.
Sin embargo, en los últimos meses del año 2000, Fujimori se vio acorralado por los escándalos al interior de su gestión. Durante esas fechas, salió del Perú para asistir a la cumbre anual de la APEC, con sede en Brunéi en ese año, desde donde después viajó a Japón, lugar desde el que dimitió, vía fax, a los pocos días. Fue, sin embargo, destituido por "permanente incapacidad moral" por el Congreso. Desde Tokio, gracias a su doble nacionalidad, evadió las acusaciones judiciales que pesaban en su contra hasta 2005.
El 7 de abril de 2009, Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión en orden a los delitos de asesinatos con alevosía, secuestro agravado y lesiones graves, tras ser hallado culpable de ser el autor intelectual de las matanzas de Barrios Altos, en 1991, y La Cantuta, en 1992, cometidas por un escuadrón del ejército conocido como el grupo Colina, así como del secuestro de un empresario y un periodista.[11] Inmediatamente, Fujimori declaró que apelaría la sentencia en un proceso que podria durar hasta 8 meses. [12] Previamente, Fujimori ya habia sido encontrado culpable por el ilegal allanamiento de la casa de Vladimiro Montesinos y condenado a 6 años de privación de la libertad[3].
Fujimori postuló a la presidencia en 1990 al frente de Cambio 90. Su candidatura fue apoyada al principio por sectores marginales de la sociedad peruana, los informales y algunos grupos de las iglesias evangélicas, que hacían su ingreso en la vida política peruana.
Obtuvo un 20% de los votos en la primera vuelta en abril de 1990, pasando a segunda vuelta contra el escritor Mario Vargas Llosa; quien lideraba el Frente Democrático (Fredemo).
En la segunda vuelta recibió el apoyo de varios grupos de izquierda y el respaldo implícito del gobierno de Alan García. Asimismo una serie de asesores, entre ellos el abogado y ex-capitán Vladimiro Montesinos empezaron a trabajar en su campaña. El 8 de junio Fujimori venció a Mario Vargas Llosa con el 60% de los votos.
En un principio, Fujimori alineó firmemente los intereses de su nación con los de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional. Una de las principales diferencias con el Presidente Hugo Chávez. De este modo aplicó una reestructuración de precios llamada Shock que permitió superar el problema de la devaluación de la moneda, pero que provocó la devaluación de los salarios de la mayoría de la población. Asimismo, cambió la moneda al actual Nuevo Sol.
Su política económica, basada en la aplicación de políticas económicamente radicales, si bien estabilizó la vida económica tras la inflación del gobierno anterior, permitió la reinserción del Perú en el sistema financiero internacional y llevó a la privatización de los servicios del Estado a empresas extranjeras, que obtuvieron diversos privilegios como exoneraciones de impuestos; la eliminación de muchas de las restricciones legales y laborales a las inversiones, que degeneraron en numerosas injusticias y en despidos masivos de obreros y empleados y la supresión de la protección a la industria nacional, que llevó a su práctica quiebra y al paro obrero. Asimismo se redujo al mínimo la actividad sindical y aumentó la actividad económica informal[4]. Todas medidas de derecha que se contraponen tenazmente con los principios estatistas profesados por Chávez y otros países de américa latina.
Desde 1992, se le acusa a Fujimori de iniciar una política de intervención en los canales de televisión y periódicos para obtener el apoyo de éstos para su gobierno y el ocultamiento de actos de corrupción. De esta forma se sobornó a varios de los directores de los principales medios de comunicación del país, con lo cual éstos fueron casi siempre favorables al régimen. A cargo de esta política estuvo el asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos, quien sería el hombre fuerte del gobierno desde las sombras.
Se denunciaron varios casos de amenazas y amedrentamiento de periodistas. Los más críticos al gobierno, como César Hildebrandt, fueron despedidos e incluso se denunciaron planes para el asesinato de éstos, con el nombre de Plan Narval. En mayo de 1997 al ciudadano israelí, nacionalizado peruano, Baruch Ivcher, director del canal Frecuencia Latina, hasta entonces cercano al gobierno, se le retiró la nacionalidad peruana (en 2007, la revista Caretas publicó evidencias de que este retiro de nacionalidad no era ilegal). Además Ivcher fue forzado a abandonar el país, por su oposición al cese de los miembros del Tribunal Constitucional.
Finalmente en medio del caos político y la inestabilidad de su presidencia, Fujimori viajó el 13 de noviembre a la reunión del APEC en Brunéi, Asia, en su condición de Presidente del Perú. Al finalizar esta conferencia, sorpresivamente viajó a Japón. Ante el temor de que fuera denunciado penalmente por los actos de corrupción de su gobierno y alegando falta explícita de garantías para su integridad física; Fujimori, desde Tokio, remitió por fax al Congreso de la República, su renuncia formal y luego, envió un mensaje a sus partidarios, anunciándoles que renunciaba a la Presidencia de la República.
[1] http://ar.answers.yahoo.com/question/index?qid=20080415061519AAfVGSu
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/Hugo_chavez
[3] http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Fujimori
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Fujimori
viernes, 24 de abril de 2009
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Mauricio:
ResponderEliminarBien documentado y sus conclusiones y hallazgos?