El Islam en el mundo Africano
Las prácticas religiosas nativas del África tienen una historia muy rica y prolongada. Muchas de las religiones practicadas en dicho continente se remontan a la aparición misma de los primeros asentamientos civilizados en este continente. Por lo mismo, cuando hablamos de la presencia del Islam debemos entender que hablamos de un fenómeno relativamente nuevo en el continente, que no se hizo presente recién hasta el siglo VII después de Cristo. A pesar de ello, el Islam ha tenido un efecto importante en la sociedad africana.
El Islam, tal como ha sucedido en otros lugares del mundo se distribuyó e hizo fuerte en África gracias a dos factores: el primero, las migraciones y conquistas realizadas por los árabes en todo ese territorio con tal de llevar a otros pueblos la fe del Corán, y también, de una forma mucho más pacífica como lo es el intercambio comercial con otros pueblos a través de las caravanas que seguían rutas desde el oriente.
Dentro de esta lógica de apropiación del Islam y difusión del mismo por parte de las naciones árabes, el punto neurálgico para su desarrollo se encuentra en el norte de África. Aquí, en lugares como Egipto y a los países que conforman el llamado Maghreb (Libia, Túnez, Argelia y Marruecos), el 95% de la población es musulmana, mientras que en el caso de Egipto se trata del 82%.
La conversión de África del norte comenzó aproximadamente en el 640 d.C., sólo unos años después de la muerte del profeta Mahoma, cuando los árabes conquistaron Egipto. Luego, tras años de guerra contra los pueblos beréberes, el Islam se asentó con fuerza en esta zona del continente negro, llegando en la actualidad a dividirse en distintos tipos de islamismo. Por ejemplo, Sunita es el nombre que se da al tipo de Islam predominante en África occidental. Entre otros países, dicha región comprende Ghana, Sierra Leona y Nigeria. A pesar de que esta región tiene menos musulmanes que el norte de África, éstos representan una proporción significativa aunque minoritaria de la población total. La mayor parte de países del África occidental tienen diversas prácticas religiosas, y no tienden a identificarse como estados musulmanes. Sin embargo, contienen comunidades musulmanas dentro de sus fronteras.
El Islam llegó al oeste gracias a las migraciones de otros pueblos como es el caso de los beréberes. Los beréberes convirtieron a los africanos del oeste a través del comercio. Los mercaderes beréberes del Mahgreb mantenían vínculos comerciales con los grandes imperios africanos de Songhai, Mali y Ghana, a través del desierto del Sahara. Desde aquí, se difundió a toda el Africa occidental.
Jihads y colonialismo
Luego, durante el siglo XIX, los musulmanes de Africa occidental realizaron una serie de jihads o “guerras santas” –símiles de las Cruzadas cristianas- islámicas que difundieron aun más su religión.
En África oriental desde el siglo VII d.C., el Islam comenzó a influir en la población a través de, nuevamente, las redes comerciales. Principalmente dada la disponibilidad de puertos en el Mar Rojo, la proximidad del África oriental a la Península Arábiga, y el intenso contacto con los conversos musulmanes del norte africano.
Dónde más trabajo tomó expandir las palabras del Profeta, fue en el centro y el sur del continente. La razón de esto fue la presencia de las potencias colonialistas, especialmente los portugueses, con una fuerte fe católica. Sin embargo, igualmente los árabes se asentaron a lo largo del Río Zambezi (en el actual Zimbawe), aunque sus actividades comerciales fueron desplazados por los lusos. Así debieron esperar hasta el siglo XIX para marcar presencia en esta región africana, llegando hasta Zaire. Sin embargo, allí se toparon con otra potencia colonialista en pleno expansionismo: los británicos.
El Islam y su legado en África
El Islam en África está dividido en dos corrientes: sunnitas y shiitas, siendo los primeros más numerosos que los segundos. La mayoría de musulmanes africanos son considerados sunnitas. Sin embargo, tanto en el Sudán como en el Cuerno de Africa, existen los tariquas, que profesan el sufismo, una forma más ascética y mítica del Islam.
La influencia del Islam y la cultura árabe en el continente negro han marcado la historia de este territorio. En la mayoría de los países africanos se puede encontrar actualmente influencias en el lenguaje, la arquitectura, y hasta la música.
En el norte de África, la cultura árabe es claramente dominante. La mayoría de la gente emplea el árabe en su vida cotidiana, e incluso los estilos musicales de la región reflejan aquellos originales de la Península Arábiga. Los edificios tradicionalmente dedicados al culto musulmán, llamados “mezquitas”, predominan en el paisaje.
A lo largo de la costa del este de África, aún cuando los árabes han tenido cierto grado de influencia, su cultura no es tan dominante como en el norte. En general, la cultura árabe se ha mezclado con la cultura Bantu local, y ha dado origen a la cultura Swahili. Un ejemplo es la ciudad de Mombassa, en el océano Índico. Los árabes la fundaron en el siglo XI d.C., con la finalidad de que sirviera como puerto comercial. Hacia el siglo XV, Mombassa se había convertido en el principal centro comercial entre Africa y el Oriente, relegando a Kilwa a un lugar secundario. Hoy en día, la ciudad muestra la diversidad de influencias de su pasado. La presencia árabe es evidente en la arquitectura, de calles estrechas, casas altas, y mezquitas.
También ha sido parte en la formación de identidad nacional en los países africanos tras su independencia luego del colonialismo. Sin embargo, el surgimiento del fundamentalismo islámico ha dañado el desarrollo de algunas jóvenes naciones africanas. A esto, se suma los problemas que enfrentan las mujeres africanas en determinados países islámicos.
http://krieger.jhu.edu/africana/recursos_en_espanol/downloads/Capitulo2.pdf
http://www.pastranec.net/historia/media/andalcon.htm
http://www.monografias.com/trabajos/islam/islam.shtml
http://www.ikuska.com/Africa/Etnologia/religion_islam.htm
jueves, 28 de mayo de 2009
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